Fondo de paz
Sara Díaz Espejo

Sobre mí

Desde que era muy joven tuve claro que lo mío era la psicología. Siempre me ha fascinado entender por qué pensamos, sentimos y actuamos como lo hacemos.

Esa curiosidad por la mente humana me llevó, con 18 años recién cumplidos, a mudarme a Granada para estudiar Psicología. Allí pasé seis años muy intensos, no solo formándome académicamente, sino también descubriendo mi verdadera vocación: acompañar a las personas y ayudarles a mejorar su bienestar emocional.

Sara Díaz Espejo

Durante la carrera me enamoré del mundo de la psicología infantil y de los trastornos del neurodesarrollo. Por eso, decidí seguir profundizando y cursé un Máster en Atención Temprana en la Universidad Europea de Madrid. A partir de ahí, comencé a trabajar con peques de distintos perfiles, muchos de ellos con dificultades en su desarrollo, especialmente dentro del espectro del autismo (TEA).

Como me encanta seguir aprendiendo, he realizado diversos cursos específicos sobre intervención en TEA, incluyendo el perfil femenino, que a veces pasa más desapercibido.

Más adelante, en mi formación como Psicóloga General Sanitaria, volví a conectar con la razón que me llevó a elegir este camino: entender cómo funciona la mente humana. Es por eso que también acompaño a personas adultas en su proceso terapéutico, desde un enfoque integrador y adaptado a cada historia.

Sigo formándome constantemente, porque creo firmemente que para ofrecer una atención de calidad hay que mantenerse actualizada y apoyarse en lo que la ciencia nos dice. Para mí, la psicología no es solo una profesión, es una forma de estar en el mundo: con curiosidad, con empatía y con muchas ganas de aportar bienestar.

¿Cómo trabajo en terapia?

Mi enfoque es integrador, lo que significa que combino herramientas de distintas corrientes psicológicas que han demostrado ser efectivas (como la terapia cognitivo-conductual, las terapias de aceptación y compromiso, el mindfulness, entre otras). ¿Qué quiere decir esto en la práctica? Que no sigo un único camino, sino que adapto cada sesión a ti, a lo que necesitas en ese momento, buscando siempre que el proceso sea lo más útil y personalizado posible.

Además, algo fundamental para mí es que el espacio terapéutico esté sostenido por la comprensión, la empatía y el compromiso. Creo firmemente en la importancia del vínculo entre terapeuta y paciente, y trabajo para que te sientas escuchado/a, aceptado/a y acompañado/a desde el minuto uno.

1 - Primera toma de contacto – Entrevista inicial

En esta primera sesión hablaremos sobre ti, tu historia, lo que te preocupa y qué te gustaría conseguir con la terapia. Es un espacio para que yo pueda entender mejor tu situación, pero también para que tú veas si te sientes a gusto trabajando conmigo.

2 - Vínculo y comprensión del malestar

Durante las primeras sesiones iremos construyendo una relación de confianza, y poco a poco iré elaborando una idea (una hipótesis) de qué puede estar detrás de lo que estás sintiendo y qué factores lo están manteniendo. Lo iremos explorando juntos/as.

3 - Intervención terapéutica

Aquí es donde empezamos a trabajar de lleno con estrategias adaptadas a ti. Veremos cómo influyen tus pensamientos, emociones y comportamientos en tu bienestar, y buscaremos nuevas formas de afrontamiento que te ayuden a sentirte mejor contigo y con tu vida.

4 - Seguimiento y prevención de recaídas

Cuando sientas que los objetivos se han ido cumpliendo, empezaremos a espaciar las sesiones para consolidar lo aprendido y darte herramientas que te ayuden a mantener los avances en el tiempo. Porque el objetivo no es solo mejorar, sino también sostener ese bienestar.

Y si en algún momento te surge una duda o algo no te queda claro… ¡no te lo guardes! Pregúntame sin miedo, que para eso estoy.